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INFORME: ALFRED HITCHCOCK: COMO HACER MARKETING DE UNO MISMO

2013-03-03

Por Peter Debruge

“El Maestro” supo hacer de su nombre una marca registrada, más allá de sus películas.

William Vandivert El Maestro Alfred Hitchcock encuadrando

William Vandivert El Maestro Alfred Hitchcock encuadrando

Podría decirse que ningún realizador ha tenido un don tan natural para la auto promoción como Alfred Hitchcock, y mientras el director posicionaba sus películas cuidadosamente con una infinidad de métodos creativos (desde apariciones personales hasta instrucciones pre grabadas al personal de los cines), nada demuestra su maestría más que un recorrido a través de los trailers que él creó para promocionar sus obras a través de los años.

A diferencia de los previews de las películas de hoy, los trailers de Hitchcock eran, con frecuencia, de tan alto concepto como los films que promocionaban, desde el tour guiado de 6 minutos del Motel Bates y la mansión de “Sicosis” (Psycho – 1960), hasta su monólogo burlón sobre “los pájaros y su larga relación con el hombre” para “Los Pájaros” (The Birds – 1963). Se ha perdido el muy tentador arte de muchas películas de Hitchcock donde el director o la estrella aparecían y hablaban personalmente de lo destacado del film.

Farley Granger, James Stewart y John Dall escuchan atentamente  a “Hitch” en el set de emblemática “La Soga” (Rope – 1948)

Farley Granger, James Stewart y John Dall escuchan atentamente a “Hitch” en el set de emblemática “La Soga” (Rope – 1948)

El mejor ejemplo es “La Soga” (Rope – 1948), que muestra al personaje de David Kentley (estrangulado en la escena de apertura de la película) hablando dulcemente con su novia en el banco de un parque. Entonces aparece James Stewart, diciendo ominosamente: “Esa fue la última vez que ella lo vio vivo. Y fue la última vez que ustedes lo verán vivo” – un caso donde el trailer aporta un poco de simpatía al trasfondo de la historia que el mismo film retiene.

Mucho antes de esto, antes de que el nombre de Hitchcock se volviera familiar, el director británico estaba tratando de robar protagonismo de sus estrellas. De acuerdo al biógrafo Donald Spoto, cuando se estrenó “El Inquilino” (The Lodger – 1926), Hitchcock ganó más atención de la prensa que el protagonista Ivor Novello (en ese film se ve por primera vez un cameo del director). Robert E. Kapsis revela en su estudio “Hitchcock: The Making of a Reputation” que en diciembre de 1927 el realizador dio a conocer el prototipo de su ahora famoso perfil, enviándolo en madera recortada a sus amigos como recuerdo en las Fiestas.

Un trailer de la primer producción de Hitchcock apoyada por Hollywood, “Rebecca” (1940) acredita, en la misma línea, al director y a David O. Selznick por “la más glamorosa película jamás hecha” citando sus nombres antes del elenco nominado al Oscar. En 1953, el preview de “Mi Secreto me Condena” (I Confess) prometía “un drama electrizante con la marca de Alfred Hitchcock grabada en cada escena”. Esa marca se hizo más conocida en 1955, cuando el director licenció su nombre para la serie de televisión que presentaba, “Alfred Hitchcock Presenta”.

Alfred Hitchcock presenta la terrorífica mansión Bates para “Sicosis” (Psycho – 1960)

Alfred Hitchcock presenta la terrorífica mansión Bates para “Sicosis” (Psycho – 1960)

Ese descaro con el que presentaba sus segmentos en el show televisivo, también se hizo presente para “Psicosis”, donde inunda a la audiencia con pistas falsas, fijando los crímenes en la madre de Norman Bates mientras recorre las aterradoras locaciones del film; termina en el baño, donde da un tirón a la cortina de la ducha, para revelar la cara de Janet Leigh, gritando.

Su travieso plato fuerte fue “Frenesí” (Frenzy – 1972), donde se “lo” ve flotando en el río Támesis de Londres – lugar en el que se descubre a la primera víctima del Asesino de la Corbata. Después, mientras examina “los frutos del mal y el horror de los vegetales” en el mercado del Covent Garden, descubre un pie humano en una bolsa de papas. Y finalmente, en una escena donde unos policías asisten el cadáver de una mujer estrangulada, él recupera la corbata y casualmente se la anuda en su propio cuello.

En los últimos films de su carrera, los protagonistas generalmente no impulsaron la marquesina como antes, dejando libre el camino para el destaque del propio director. Aparte de Walt Disney (cuyo perfil también se benefició por la exposición televisiva), ningún otro realizador de Hollywood ha adquirido la estatura de Hitchcock – y pocos se dignan ponerse a sí mismos antes de sus trabajos de la forma en que él lo hizo.

FUENTE: VARIETY